lunes, 6 de febrero de 2012

Perros en la Historia (Leoncico)

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-En múltiples ocasiones se ha dicho que la Conquista de México fue hecha gracias a los caballos.
-Los indios no conocían a tan hermoso animal que durante la lucha daba mayor velocidad y altura a los conquistadores.
-Verdad es que las armas de los indios no podían competir con las armas de fuego, pero ciertamente el caballo fue determinante.

-Pero ¿y de los perros? ¿qué me puedes decir?

-Pues si, efectivamente, también contribuyeron a la conquista, no solamente de México sino de toda la América Latina.
-Quizá el perro mejor conocido fue "Leoncico".
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-En la famosa expedición que hizo Martín Fernando de Enciso hacia el Istmo de Panamá, al llegar a una región cercana al río Taren o Darién se encontró con indios belicosos cuyo jefe era el valiente cacique Cémaco.
-La lucha fue corta pero encarnizada.
-Cémaco tuvo que huir, no sin antes dejar en el campo de batalla muchos muertos y varios de sus hombres que quedaron en calidad de esclavos para el servicio de los españoles.
-Durante esa batalla, Vasco Nuñez de Balboa se distinguió con su tremenda tizona, haciendo honor a su mote de "el esgrimidor" pues sabía manejar la espada como nadie.
-Mató indios a diestra y a siniestra.
-En la lucha lo acompañó su perro "Leoncico" que con ferocidad sin igual hizo más muertos y más prisioneros que su amo y que muchos soldados juntos, por lo cual, desde entonces, se le reconoció como cualquiera de los hombres, en el botín de oro y de esclavos. Desde luego, esta parte había de corresponderle a Balboa.
-Según cuenta uno de los conquistadores en torno a "Leoncico":
"Era hijo del perro 'Becerrico'... y no fue menos famoso que el padre.
-Era de un instinto maravilloso... y era tan gran ventor que por maravilla se le escapaba ninguno que se les fuese a los cristianos. Y como le alcanzaba, si el indio estaba quieto, así sale por la muñeca o la mano, y traíale tan cedidamente, sin morderle ni apretarle, como le pudiera traer un hombre; pero si se ponía en defensa, hacíale pedazos. Y era tan temido de los indios que si diez cristianos iban con el perro, iban más seguros y hacían más que veinte sin él... Y era un perro bermejo y el hocico negro y mediano y no alindado, pero era recio y doblado y tenía muchas heridas y señales de las que había habido en la continuación de la guerra peleando con los indios".
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