Laile
Bartlett
Una madre soñó que en cuestión de dos
horas una violenta tempestad aflojaría un pesado candelabro y lo haría caer
sobre la cuna de su hijo.
Despertó a su esposo.
"Es sólo un sueño", repuso él.
"El tiempo está sereno; vuelve a dormir". Pero, por si acaso, ella se
llevó a la criatura a su cama.
Dos horas después se desató una tormenta
y el candelabro se desplomó encima de la cuna.
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Cierta chica de 13 años almorzaba en la
escuela cuando de repente "oyó" gritar a su hermanita.
Corrió hasta su hogar, donde vio que la
niña casi se había cercenado la mano.
Llamó al médico, quien llegó a tiempo
para salvarle de morir desangrada.
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Este es el mundo de los fenómenos
parasicológicos o la percepción extrasensorial, mundo que nuestro
acondicionamiento nos ha cerrado, pues durante decenios nos han enseñado que lo
"real" es sólo aquello que percibimos por los cinco sentidos.
Algunos científicos afirman actualmente
que los fenómenos parasicológicos constituyen la nueva frontera de la
humanidad.
Vislumbran un futuro en el que podremos
entrar en contacto inmediato con otras personas en cualquier lugar de la
Tierra, salvar el tiempo y el espacio con un salto de la mente, conocer el
porvenir y el pasado tan bien como el presente, y curar los propios males con
el poder mental.
Mas, la percepción extrasensorial sigue
dando pie a controversias.
Invita a los charlatanes a explotar a
los incautos entusiastas de lo extraño.
A muchos les abre una puerta que
preferirían dejar cerrada:
"Mis sueños persisten en
realizarse; ¿me estaré volviendo loco?"
La parasicología ha tenido poca cabida
en la ciencia tradicional.
Paul Kurtz, profesor de filosofía en la
Universidad Estatal de Nueva York, en Búfalo, habla por los escépticos:
"Nos inquieta que se publiquen sólo
los llamados resultados positivos. Rara vez se entera la gente de los
negativos, que también abundan".
Stanley Krippner, distinguido
profesional en la materia, disiente de Kurtz:
"En los diez años que estudiamos la
percepción extrasensorial y los sueños en el Centro Médico Maimónides, de
Brooklyn, divulgamos todas las conclusiones, tanto las negativas como las
positivas. Durante muchos años los parasicólogos han sido los proscritos de la
ciencia. Por fortuna, esta situación está cambiando debido a las recientes
mejoras en las técnicas de investigación".
Concretar los fenómenos parasicológicos
es un proceso lento y exigente. Como todo este campo se halla a prueba, los
investigadores serios adoptan una actitud superestricta en cuanto a sus métodos
y sumamente prudente en cuanto a la información de datos.
En
base a sus experimentos, se puede afirmar lo siguiente:
Las personas se comunican por un medio
que trasciende los cinco sentidos: la telepatía.
Esta se verifica por igual en los
incidentes triviales y en los graves.
• Una camarera "recibe el mensaje" y sirve a un cliente su
orden antes de que este se la dé.
• Cierta maestra abandona a sus alumnos para estar cerca del teléfono.
Suena
el aparato: "Ven inmediatamente, tu hermana se está muriendo".
• Krippner cita el caso de un sujeto de laboratorio que
"sintió" la necesidad de su investigador de tener 25 dólares para
pagar una deuda.
Los individuos reciben información
acerca de los objetos, las personas y los acontecimientos remotos u ocultos:
clarividencia.
• Bajo condiciones de control de laboratorio, Harold Puthoff y Russell Targ, científicos del
Instituto de Investigaciones de la Universidad de Stanford, estudiaron los
poderes clarividentes que posee el discutido israelí Uri Geller.
Siete
veces consecutivas dibujó con toda precisión una estampa oculta en dos sobres
opacos y sellados.
En
diez ocasiones señaló, sin error, cuál de diez latas idénticas contenía un
objeto. Las probabilidades de acertar: ¡una en mil millones!
• El Instituto también comprobó las facultades de seis sujetos que no
habían tenido antes experiencias parasicológicas. Todos lograron describir con
detalle "zonas de blanco" escogidos por los científicos.
• Las personas presienten lo que va a suceder: la precognición.
En uno de 15,000 casos comprobados que
compiló Louisa Rhine, del Instituto de Parasicología, en Durham (Carolina del
Norte), una muchacha de 19 años dejó de asistira a un funeral porque
"tenía" que ver a su madre. Al llegar a casa, encontró a sus padres
sentados tranquilamente en la sala.
Sintió
que "debía" levantarlos de sus sillas, y los convenció de pasar a la
cocina para comer un bocadillo. Acababan de salir de la habitación cuando un
automóvil se estrelló contra la casa, destruyendo las sillas donde habían
estado sentados los padres.
Las "corazonadas" sobre
acontecimientos importantes han resultado tan exactas que en Nueva York y
California instalaron registros de premoniciones.
Algunos
"aciertos" anotados: ciertas fallas en el programa espacial
estadounidense y el asesinato de Martin Luther King.
La gente mueve o ejerce influencia sobre
objetos, inclusive los distantes, sin tocarlos: sicoquinesis.
• Después de ver una película en la que la rusa Nina Kulagina mueve
objetos por medio de ademanes o con los ojos, Felicia Parise, del Laboratorio
del Sueño del Centro Médico Maimónides, ejecutó algunas de las mismas proezas
en condiciones controladas.
• Bernard Grand, bioquímico de la Universidad de McGill, en Montreal,
humedeció algunas semillas con agua "tratada" por un curandero.
Comparadas con otras semillas en las que
se empleó agua común, las plantas crecieron más aprisa y pesaron más al final
del experimento.
Impresionda con la técnica y los
resultados, la biofísica M. Justa Smith, del Instituto de Dimensiones Humanas,
en Canandaigua (Nueva York) demostró que una enzima tratada por el mismo
curador tenía mucha más actividad que las no tratadas.
Con tantas pruebas relativas a estos
fenómenos parasicológicos, ¿qué sabemos en cuanto a las condiciones en que
operan?
He
aquí algunos descubrimientos.
1. Al
parecer, la distancia no importa. Se han registrado casos de percepción
extrasensorial en una misma habitación y provenientes desde el espacio
extraterrestre.
2. Quienes
creen en tales fenómenos o desean que se realicen, en general obtienen mejores
resultados.
3. Parecen
comunicarse con mayor eficacia los que tienen una buena relación entre sí.
4. Los
acontecimientos que causan conmoción, como los accidentes y los desastres,
logran captarse (o al menos se han registrado) con mayor frecuencia que los
indiferentes o los gozosos.
5. La
percepción extrasensorial resulta más efectiva cuando la conciencia se
encuentra alterada; por ejemplo, en la relajación profunda, la hipnósis, o el
sueño. La mayoría de los casos de precongición ocurren en los sueños.
En cuanto a otros aspectos, existe menos
consenso científico.
• El sicólogo Charles Tart, de la Universidad de California, en Davis,
descubrió a una tal "Señorita Z" para quien salir del cuerpo era tan
normal que de pequeña pensaba que todo el mundo lo hacía.
• En un complicado experimento dispuso que durmiera en un laboratorio
(unos electrodos registrarían sus ondas cerebrales) y "leyera" una
cifra colocada en un anaquel muy por encima de su cabeza.
Confinada
en su cama por los aparatos médicos, la mujer "flotó" y leyó
correctamente el número.
¿Cómo verificar los fenómenos
parasicológicos?
Los
instrumentos mismos y la tecnología que los validarían se basan en la vieja
premisa de que un hecho científico es únicamente lo que se puede medir y
observar.
Sin
embargo, tales manifestaciones, por su índole metafísica, resisten la detección
y a menudo no funcionan o se inhiben en el laboratorio.
Muchas
personas se paralizan cuando las conectan a una máquina dentro de un cubiculo.
• Olga Worrall, conocida curandera síquica, recuerda:
"La primera vez que me concentré en
una hoja de planta dañada, durante un experimento de curación (hecho en la
Universidad de California, en Los Angeles), la quemé. Tuve que moderar mis
poderes".
La
mayoría de los sujetos que logran funcionar en el laboratorio tienden a
"bajar de eficacia" después de cierto tiempo; es lo que los
científicos llaman precisamente "efecto declinante".
• Un notable ejemplo de este dilema científico es Ingo Swann.
Aunque ha tenido un éxito espectacular
como sujeto de estudio bajo condiciones rigurosamente controladas (por ejemplo,
elevando o reduciendo con la fuerza de la voluntad la temperatura que marcan ciertos
instrumentos colocados en recipientes perfectamente aislados), hay indicios de
que estos portentos revelan apenas una parte de su potencial.
• En experimentos de abandono del cuerpo (o de vista o distancia, como
algunos investigadores prefieren llamarlo) Swann puede "ir" a
cualquier punto del planeta cuya longitud y latitud le señalen, y dibujar con
precisión las montañas, ríos, caminos y edificios, tal como se encuentran en
ese lugar.
En una prueba realizada en la Sociedad
Norteamericana de Investigaciones Síquicas, en Nueva York, le pidieron que
"fuera" a una caja escondida y describiera su contenido.
Cuando
"regresó", dijo: "Han olvidado encender la luz en la caja. Está
a oscuras".
¡Tenía
razón!
Pero
tales proezas son minucias, comparadas con lo que él y sus colegas parecen
lograr por su cuenta.
• En cierta ocasión, aburrido por los meses de trabajo en un
laboratorio de California, Swann telefoneó a un amigo suyo, Harol Sherman, que
estaba a 2,500 kilómetros de distancia, y le propuso realizar juntos un viaje
de 1,000 millones de kilómetros: "ir" simultáneamente a Júpiter.
Ninguno
de los dos sabía nada de tal planeta, junto al cual pasaría la ruta de la nave
espacial Pionero 10.
Al
día siguiente, ambos depositaron sus observaciones respectivas acerca de los
colores, paisajes, atmósfera y otros detalles.
Los
datos mostraron una notable similitud, y coincidieron casi en todo con los que
proporcionó el Pionero 10.
Como respuesta al reto que les planteó
un editor de temas científicos, volvieron su atención a Mercurio, al que pronto
se acercaría el Mariner 10 para enviar datos a la Tierra por medio de la radio.
Según
la opinión predominante, el planeta carecía de atmósfera y de campo magnético.
Sin
embargo, cada uno de estos hombres informó que ambos existían; el Mariner 10
confirmó tales afirmaciones.
Muchas autoridades convienen en que
todos tenemos algún grado de poder parasicológico, pero solamente en unos pocos
ha empezado a manifestarse; los especialistas advierten que no debemos tratar
de forzarlo.
El
sicólogo clínico Allan Cohen señala: "Sabemos cuando menos de 2,000 casos
documentados de personas que sufren problemas mentales por haber tratado de
desarrollar forzada y prematuramente la percepción extrasensorial".
Ernest Pecci, cuya especialidad
siquiátrica consiste en ayudar a esta clase de individuos, aconseja no penetrar
en la ignota selva de la parasicología sin guía ni asistencia.
Debemos
evitar a los "maestros" charlatanes y los "viajes"
sicodélicos, y atenernos sólo a las recomendaciones de los científicos serios.
Tal vez no sepamos qué es exactamente la
parasicología ni cómo opera, pero sí sabemos que funciona. Y, en la práctica,
ya nos estamos valiendo de ella.
En labores policiacas
Una gran cadena de tiendas ha contratado
a cierto individuo con facultades de precognición para que identifique a los
posibles hurtadores.
Hasta
la fecha ha señalado acertadamente a miles, e incluso ha predicho qué
intentarán robar.
• Gerard Croiset, de Utrecht (Holanda), es conocido por la manera en
que resuelve crimenes.
Capta
indicios incluso por teléfono.
Una
vez, le llamaron de una ciudad distante varios kilómetros para que ayudara a
localizar a un desaparecido.
Respondió
que el hombre en cuestión se había suicidado arrojándose desde un puente.
Su
descripción del lugar resultó tan precisa que la policía dio con el cadáver
aquella misma tarde.
En el descubrimiento de recursos naturales
La clarividencia se utiliza hoy para
encontrar agua, minerales y tesoros arqueológicos.
• Por ejemplo: siguiendo instrucciones detalladas de Aron Abrahamsen,
el geólogo y arqueólogo Jeffrely Goodman exhumó artefactos enterrados a gran
profundidad en Flagstaff (Arizona); tenía una antigüedad de más de 100,000
años, lo que podría ser la prueba más contundente de la remotísima antigüedad
del hombre en América.
De las 58 predicciones que hizo
Abrahamsen relacionadas con este caso, 51 han resultado exactas: Jeffrey
Goodman comenta:
"La percepción extrasensorial está
sustituyendo la pala como el instrumento primordial de la arqueología".
En la medicina
Quizá las curaciones parasicológicas se
vuelvan comunes algún día.
Se
estima que el 70% de los padecimientos son producto de la tensión y de pensar
que estamos enfermos.
"Si uno puede enfermar por medio
del pensamiento, ¿por qué no habría de sanar empleando el mismo método?"
pregunta el osteópata Irving Oyle, que forma parte de una creciente red de
practicantes de medicina "integrista", basada en la facultad de la
conciencia para influir sobre el organismo.
"Tratar
las dolencias con la mente constituye el futuro de la medicina", declara.
"Podemos conocer y utilizar la
energía que fluye dentro de nosotros", afirma Jack Schwarz, que sabe
regular sus funciones corporales como los yoguis de la India.
Es
capaz de atravesar su biceps con una aguja de tejer no esterilizada, sin sentir
dolor, ni sangrar, ni sufrir infección.
La
herida se cierra tan pronto como retira la aguja y cicatriza por completo en un
día o dos.
Han
observado el poder de Schwarz en el departamento de investigación del la
Fundación Meninger y en otros lugares.
Varios
estudiosos creen que su habilidad puede aprenderse.
En
la actualidad trabaja en la Fundación Sicofísica Aletheia, establecida por él
en Oregon, y enseña a médicos y a profanos a prevenir y curar las enfermedades
mediante técnicas de "flujo de energía".
Más allá de todo lo anterior, la
parasicolgía nos permite vislumbrar la unidad universal.
Al
parecer, la conciencia individual forma parte de una que todos compartimos.
Cada
uno de nosotros participa de los demás y de toda la creación.
"No
puedes tocar una flor sin perturbar a una estrella", dijo en cierta
ocasión Francis Thompson, poeta y visionario inglés.
Cuanto más ahonda el científico en la
parasicología, más se aproxima a la visión religiosa mística.
La
unidad, el Uno, es el concepto y la experiencia central del misticismo:
budista, cristiano o judío, de Oriente o de Occidente.
Y cuanto más analiza la realidad el
físico, defensor tradicional del materialismo, más se acerca a esa misma
visión.
El
físico cuántico Max Planck advertía la imposiblilidad de tener un concepto
adecuado de las leyes que buscamos, a menos que el sistema físico se considere
un todo.
Fue esta unidad, que "funde las
fronteras del yo con el cosmos", lo que más conmovió al astronauta Edgar
Mitchell en su viaje a la Luna.
En
ese momento prometió dedicar su vida y su carrera a la comprensión de la
conciencia, y a lo que ello puede significar para la condición humana.
"No
todos tenemos la oportunidad de ira a la Luna", admite, "pero quizá
un conocimiento más profundo de los procesos de la parasicología nos ofrezca
esa misma perspectiva".
El mundo se quedó estupefacto cuando
Copérnico proclamó que la Tierra gira alrededor del Sol.
Pero
la nueva idea triunfó.
Tal vez hoy nos encontremos en una
encrucijada parecida.
William Harman, del Instituto de
Investigaciones de la Universidad de Stanford, comenta:
"En los próximos decenios quizá
deje la investigación parasicológica una huella comparable a la que dejaron
hace siglos las ideas de Copérnico y Galileo. Yo la llamo la segunda revolución
copernicana".
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Laile
Bartlett, doctora en sociología, ha enseñado en las universidades de Washington
y de California, en Berkeley, donde actualmente es profesora huésped.
Ha
escrito varios libros, el último de los cuales se titula NEW YOR/NEW LIFE
("Nueva York/nueva vida")
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