En el siglo octavo antes de Cristo, el griego Homero escribió un poema épico que describía las aventuras de Odiseo, conocido también como Ulises, durante su viaje de diez años, de regreso a casa, después de la Guerra de Troya.
Mientras estuvo ausente, había encomendado el cuidado y la educación de su querido hijo, Telémaco, a su fiel amigo Mentor.
Casi tres mil años más tarde, el nombre de ese leal personaje histórico, se ha convertido en sinónimo de consejero sabio y confiable.
A través de los años, la palabra mentor ha sido usada para hacer referencia al profesor predilecto, al maestro sabio, al amigo perspicaz, al educador experimentado, al guía reconocido.
Si somos afortunados, a través de toda nuestra vida aparecen mentores para ayudarnos en nuestros momentos de necesidad.
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viernes, 5 de febrero de 2010
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