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ARABISMOS
-¿Qué es un ”arabismo”?
-Un arabismo es una palabra derivada del árabe, e incorporada a nuestro idioma.
-Algunos arabismos proceden originalmente de otra lengua, como el persa, de la que pasaron al árabe.
-Hay unos 4,000 arabismos, algunos en desuso, pero otros de uso muy frecuente.
-¿A qué se debe que sean tantas las palabras tomadas del árabe?
-Un número tan elevado de estos préstamos se explica por la necesidad de nombrar objetos y tareas que los árabes introdujeron al conquistar la península ibérica durante tantos siglos, y por el prestigio que entonces tenía una cultura que aportaba avances y una identidad bien diferenciada.
-¿Existe alguna forma que nos indique la procedencia del árabe?
-Algunos arabismos españoles se reconocen típicamente por comenzar por “al-”, por ser tomados a partir de la forma árabe con su artículo determinado original anexo, /al-/.
-Sin embargo también, en la forma árabe original, el sonido consonántico /-l-/ se omite duplicando la consonante posterior cuando sea de tipo solar, en cuyo caso el arabismo comienza por “a-” sin ir seguido de “-l-”, con lo que ya no se detecta el origen árabe de forma tan evidente.
-¿Me podrías dar ejemplos?
-Algunos ejemplos de ambos casos son:
- aceituna, del árabe hispánico /azzaytūn/ (procedente del árabe clásico /zaytūn/, y éste del arameo /zaytuun/, un diminutivo de /zaytā/);
- adalid, del árabe hispánico /addalīl/ (procedente del árabe clásico /dalīl/);
- ajedrez, del árabe hispánico /aššaṭranǧ/ o /aššiṭranǧ/ (procedente del árabe clásico /šiṭranǧ/, éste del pelvi /čatrang/ y éste del sánscrito /čaturaṅga/, “de cuatro miembros”);
- alacena, del árabe hispánico /alẖazāna/ (procedente del árabe clásico /ẖizānah/);
- albacea, del árabe hispánico /(ṣāḥb) alwaṣīyya/;
- albahaca, del árabe hispánico /alḥabāqa/ (procedente del árabe clásico /ḥabaqah/);
- albañil, del árabe hispánico /albannī/ (procedente del árabe clásico /bannā/);
- albur (mújol), del árabe hispánico /albūri/ (procedente del árabe clásico /būrī/, y éste del copto /bōre/);
- alcancía, del árabe hispánico /alkanzīyya/ (procedente del árabe clásico /kanz/, “tesoro”, y éste del pelvi /ganǰ/);
- alcanfor, del árabe hispánico /alkafūr/ (procedente del árabe clásico /kāfūr/, éste del pelvi /kāpūr/, y éste del sánscrito /karpūrā/);
- alcázar, del árabe hispánico /alqāṣr/ (procedente del árabe clásico /qāṣr/, “castillo” o “fortaleza”, y éste del latín castra, “campamento”);
- alcalde, del árabe hispánico /alqāḍi/ (procedente del árabe clásico /qāḍī/, “juez”);
- álgebra, del latín tardío /algĕbra/ (procedente del árabe clásico /alǧabru (walmuqābalah)/, «la reducción (y el cotejo)»);
- alguacil, del árabe hispánico /alwazīr/ (procedente del árabe clásico /wazīr/);
- almohada, del árabe hispánico /almuẖādda/ (procedente del árabe clásico /miẖaddah/);
- arroba, del árabe hispánico /arrūb‘/ (procedente del árabe clásico ربع, /rūb‘/, “cuarta parte”);
- arroz, del árabe hispánico /arrāwz/ (procedente del árabe clásico /ruz[z]/, y este del griego ὄρυζα);
- azafrán, del árabe hispánico /azza‘farān/ (procedente del árabe clásico /za‘farān/);
- azúcar, del árabe hispánico /assūkkar/ (procedente del árabe clásico /sukkar/, «azúcar», y éste del griego σάκχαρι, y éste del pelvi /šakar/).
-También proceden del árabe, si no todos, la mayoría de nombres propios hispánicos, generalmente toponímicos, que comienzan por “Guad-”, del árabe clásico واد, /wād/, “valle” o “río”, como por ejemplo:
- Guadalajara, del árabe hispánico /wād alḥaŷara/, «valle de los castillos», «valle de las fortalezas» o «río de piedras»;
- Guadalquivir, del árabe hispánico /wad alkabīr/, «río grande»;
- Guadarrama, del árabe /wād arraml/, «río del arenal»;
- Guadiana, del árabe /wād/ y el latín ana (“pato”), “río de patos”.
-En cambio, otros términos no presentan un patrón que descubra su origen, como en el caso de:
- asesino, del árabe clásico /ḥaššāšīn/ («adictos al cáñamo indio»);
- cifra y cero, del árabe hispánico /ṣifr/ (procedente del árabe clásico /ṣifr/, «vacío», por vía del italiano zero, y éste del bajo latín zephy̆rum);
- gazpacho, del árabe hispánico /gazpāču/ (procedente del griego γαζοφυλάκιον, “cepillo de la iglesia”, por su variado contenido);
- guitarra, del árabe /qīṯārah/ (procedente del arameo /qipārā/, del griego κιθάρα, “cítara”);
- limón, del árabe hispánico /la[y]mún/ (procedente del árabe clásico /laymūn/, éste del persa /limu/, y este del sánscrito /nimbū/);
- medina, del árabe hispánico /madīna/ (procedente del árabe clásico /madīnah/, “ciudad”);
- naranja, del árabe hispánico /naranǧa/ (procedente del árabe clásico /nāranǧ/, “naranja agria”, éste del persa /nārang/, y éste del sánscrito /nāraṅga/);
- ojalá, del árabe hispánico /in šā' allāh/, «si Dios quiere»;
- tarea, del árabe hispánico /ṭarīḥa/ (procedente del árabe clásico /ṭarīḥa/, “echar”);
- yijad, del árabe clásico /ǧihād/ "lucha";
- zanahoria, del árabe hispánico /safunnārya/ (procedente del griego σταφυλίνη ἀγρία, “zanahoria silvestre”).
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