miércoles, 22 de octubre de 2014

Injusticias contra las Mujeres en Arabia Saudita


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INJUSTICIAS CONTRA LAS MUJERES EN ARABIA SAUDITA




Juan Manuel Sacristán
                                                                   21/03/2014

«Las injusticias contra las mujeres en Arabia Saudita son culpa de la ignorancia en el Islam»

Aziza Yousef es el incontestable rostro de la lucha por los derechos de la mujer en Arabia Sauditaí. 
Calificada por la revista Gulf Business como una de las cinco personas árabes más poderosas del mundo, la profesora universitaria ha hecho de su credo una forma de lucha. 
Yousef se niega a aceptar el rígido sistema basado en las anquilosadas tradiciones del reino wahabí, el cual, dice, limita «ilegítimamente» a sus paisanas en derechos y libertades. 
Firmante hace un par de semanas de un memorándum entregado al Consejo de la Shura, la activista reivindica hoy «derechos completos» para las féminas sauditas. 
Sus principales caballos de batalla: la lucha contra la tutela masculina y el derecho a conducir. Fundadora y miembro de las campañas pro DDHH Mi derecho a la dignidad y 26 de octubre, mujeres al volante, Aziza Yousef mantuvo este mismo mes una histórica audiencia con el ministro de Interior, el príncipe Mohammed bin Nayef bin Abdulaziz Al Saud.
Pregunta.- En un entorno globalizado donde cada día se atiende más a los DDHH ¿cómo es que lo siguen teniendo tan difícil las mujeres en Arabia Saudí?
Respuesta.- La coyuntural falta de derechos que sufren las mujeres en mi país surge casi exclusivamente de una cuestión singular, la figura del guardián masculino. Muchas personas consideran que se trata de un asunto relacionado con el Islam. Es algo erróneo. Sólo en casos concretos, como por ejemplo cuando una joven sin madurez quiere casarse, ésta necesitaría el permiso de su padre. Ahí sí existe una relación directa, pero también es cierto que este detalle es común a casi todas las sociedades del mundo. 
Para todo lo demás, la mujer puede y debe valerse por sí misma, tal y como recoge el verdadero Islam. 
El problema, siempre lo digo, es consecuencia de las tradiciones que han instaurado esta idea de que una mujer ha de tener un cuidador, ya sea su padre, marido, hermano o hijo. 
En Arabia Saudí, el guardián es siempre el último responsable de cada una de las mujeres a su cargo, incapacitándolas expresa o tácitamente para la toma de decisiones. 
Por ejemplo: las mujeres saudítas no pueden estudiar sin el permiso de éste, aceptar un trabajo a falta de la aprobación correspondiente o incluso operarse de urgencia sin una firma cotejada.
P.- Precisamente al hilo de esto último, una joven falleció recientemente en la Universidad Rey Saud de Riad...
R.- Así es. La seguridad del campus no dejó entrar a enfermeros varones, mientras una joven sufría un ataque cardiorrespiratorio. 
Falleció horas más tarde y se podía haber evitado. Dos semanas después, otra joven tuvo que dar a luz en el recinto universitario porque su marido estaba fuera de la ciudad y no la dejaban salir. Sólo por estas razones, ella se vio obligada a poner en peligro su vida y la de su propio bebé. Un verdadero sinsentido. Por cierto, sólo quiero añadir un par de casos en relación al tema del guardián masculino. Si un hombre quiere que su protegida no trabaje, puede presentarse en el centro de ocupación y exigir que la liberen del contrato. O más allá, si una fémina comete un crimen y al terminar su sentencia su guardián legal no se presenta a recogerla, ésta es inmediatamente conducida a un centro de detención semejante a la misma cárcel. Como ves, se trata de un círculo vicioso y de pertenencia.
P.- Aunque no sólo varones defienden el statu quo en Arabia Saudita. También una gran parte de sus compañeras...
R.- Efectivamente, desde los años 80 hasta ahora hemos experimentado un cambio fuerte en la sociedad saudita. No quiero utilizar la expresión lavado de cerebro, más bien creo que se trataría de una falta de entendimiento del mensaje del Islam. Coincidiendo prácticamente en el tiempo con la sahwah islámica (el despertar, en español), escolares religiosos extendieron su rígida lectura del Islam. Muchas personas no están felices con lo que está pasando, pero tienen miedo a ser malos musulmanes. Por eso no modifican su comportamiento. Si tenemos la oportunidad de explicar correctamente los verdaderos conceptos de nuestra religión y se sienten cómodos de estar haciendo las cosas correctamente, entonces las cosas cambiarán. Como he dicho antes, las cosas eran bastante distintas en los años 60 y 70. La tutela de los varones no era tan estricta, las mujeres podían estudiar y viajar sin necesidad del permiso de sus compañeros. Si me preguntas a título personal, entiendo que todo este fundamentalismo religioso que afecta hoy a las mujeres comenzó con la guerra de Afganistán, cuando un ingente número de personas se polarizó en una guerra entre buenos y malos, entre musulmanes y no musulmanes. También creo que la guerra realmente fue entre Estados Unidos y Rusia, y nosotros fuimos arrastrados a ella.
P.- Más allá de la cuestión primigenia del guardián masculino, qué otras cuestiones concretas preocupan a las mujeres sauditas...
R.- Conducir y conducir. Ya son más de 24 años los que llevamos reclamando poder hacerlo en nuestro reino. En 2006 y 2011 entregamos una petición y en octubre de 2013 lideramos una campaña al frente del volante. Esta circunstancia está afectando a muchas familias. Antes decían que era una cosa de las élites, que éstas querían conducir y que no afectaba a los demás. Ahora sí está afectando a todo el mundo, puesto que la situación económica para las parejas jóvenes de ahora no es como antes y no pueden pagar a un conductor. Hace cinco o seis años se pagaba en Arabia Saudita alrededor de 200 dólares al mes por un conductor de tiempo completo y ahora se están pagando 500 dólares. Las cuentas son sencillas, los recién casados están cobrando alrededor de 1,500 dólares al mes y de ahí destinar un tercio para el pago de un conductor para la mujer e hijos. Otro caso flagrante es el de las viudas o divorciadas, las cuales no tienen ningún varón a su lado, y por tanto carecen de posibilidades de prosperar.
P.- Al menos habrán apreciado ya algunos cambios en positivo...
R.- Realmente, no he visto demasiados cambios más allá de la presencia de mujeres en el Consejo de la Shura. Sobre este asunto, al principio hubo importantes manifestaciones en contra por parte de la jerarquía religiosa, pero una vez el decreto vino de parte del Rey Abdalá la gente lo aceptó de buen grado. Para que veas, así es como funciona nuestra sociedad. La muttawa (escolares saudíes, aunque es un término más comúnmente referido a la policía religiosa) ha de seguir lo que dice el Jefe de Estado. Gracias al Gobierno, las mujeres han podido acceder a la educación, tenemos canales de televisión, bancos, feminización del mercado laboral, etcétera. Todas fueron cuestiones rechazadas en principio por la casta religiosa, pero al ser el Rey el que lo dictaminó, lo aceptaron. Todo cambio llegará a través de las autoridades, porque no somos una sociedad agresiva.
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