miércoles, 29 de octubre de 2014

El Cambio en la Puntuación Altera el Sentido


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EL CAMBIO EN LA PUNTUACIÓN ALTERA EL SENTIDO

-Emilio, sé que a veces se puede trasgiversar un texto si no se tiene la puntuación adecuada. ¿Me podrías ejemplificar este asunto?

-Sí como no, Marcela. A continuación te presento un ejemplo práctico del cambio de puntuación en el que se comprueba cómo puede alterarse el sentido de una expresión con tales cambios. 
-Se trata de una composición poética de autor desconocido que suele ofrecerse en los libros de texto que tratan de la importante rama gramatical: la ortografía.


  -Soledad, Julia e Irene, tres lindas y jóvenes hermanas eran visitadas con mucha frecuencia por un caballero muy culto, elegante y buen mozo. Era tan sabio este señor y tan simpático que conquistó el corazón de cada una de las tres hermanas; pero sin declarse nunca a ninguna de ellas.
-Llegó a tal grado el entusiasmo de las jóvenes que siempre estaban disputando sobre el mismo tema: a quien amaba el simpático joven.          
    -Aquellas discusiones amenazaban turbar la paz de la familia y connvertir la casa en un infierno.

-A continuación te transcribo la décima sin puntuación:

Tres bellas que bellas son
Me han exigido las tres
Que diga de ellas cual es
La que ama mi corazón
Si obedecer es razón
Digo que amo a Soledad
No a Julia cuya bondad
Persona humana no tiene
No aspira mi amor a Irene
Que no es poca su beldad

-Soledad que abrió la carta, la leyó para sí y dijo a sus hermanas:          
    -Hermanas mías, la preferida soy yo, o si no, oigan, y leyó la décima con la siguiente entonación y puntuación:

Tres bellas que bellas son,
Me han exigido las tres,
Que diga de ellas cual es,
La que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
Digo que amo a Soledad;
No a Julia cuya bondad
Persona humana no tiene.
No aspira mi amor a Irene,
Que no es poca su beldad.

-Siento mucho desvanecer esa ilusión, hermana mía, dijo Julia; pero yo soy la preferida, y como prueba de ello, escuchen:

Tres bellas que bellas son,
Me han exigido las tres,
Que diga de ellas cual es
La que ama mi corazón
Si obedecer es razón,
Digo que ¿amo a Soledad...?
No. ¿A Julia, cuya bondad
Persona  humana no tiene...?
No. aspira mi amor a Irene
Que no es poca su beldad

-Las dos estan engañadas dijo Irene, y el amor propio les ofuscan, porque es indudable que la que él ama, soy yo. Oigan, pues:

Tres bellas que bellas son,
Me han exigido las tres,
Que diga de ellas cual es
La que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
Digo que ¿amo a Soledad...?
No. ¿A Julia cuya bondad
Persona humana no tiene...?
No. Aspira mi amor a Irene
Que no es poca su beldad

-Quedaron en la misma duda, en la misma confusión, y determinaron salir de la incertidumbre exigiendo al joven la puntuación de la décima según sus sentimientos. El joven, complaciente y astuto, les envió una copia puntuada de esta manera:

Tres bellas que bellas son,
Me han exigido las tres,
Que diga de ellas cual es
La que ama mi corazón
Si obedecer es razón,
Digo que ¿amo a Soledad...?
No. ¿A Julia, cuya bondad
Persona humana no tiene...?
No. ¿Aspira mi amor a Irene?
¡Que...! ¡no...!, es poca su beldad.

-Con ello queda demostrado que el sentido de la expresión puede cambiarse notablemente con la alteración en la puntuación.
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