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HOMOSEXUALIDAD FEMENINA
-¿Con qué otros nombres se conoce a la homosexualidad femenina?
-La homosexualidad femenina se conoce con los nombres de safísmo y lesbianismo.
-¿De dónde provienen las palabra “safísmo” y “lesbianismo”?
-Safo era una poetiza de la isla de Lesbos. De ella y de la isla, provienen esta desviación amorosa de la mujer.
-Safo cantó, en numerosos poemas, el amor entre mujeres; fundó una academia en la que, junto a una formación literaria, se inducía a las alumnas a prescindir de hombres para sus expansiones amorosas.
-Pero, ¿a qué se debe esta desviación?
-Según la interpretación antropológica de la homosexualidad la anomalía reside en una situación psicodinámica por la cual el individuo rechaza su forma de existir en su propio sexo.
-Con respecto al homosexual, ya sea masculino o femenino, puede ser que las causas sean de dos tipos:
- psicosexuales y
- genéticas.
-En el primero de los casos, se debe a algún problema a nivel del sistema de la organizcación neuropsíquica de la sexualidad.
-Y en el segundo, se puede deber a alguna mutación que produzca afectaciones glandulares.
-La homosexualidad femenina en sus diversos grados es mucho más frecuente que la masculina. Debido a diversas circunstancias es menos ostensible la homosexualidad femenina. Son de observación frecuente entre las mujeres besos, abrazos y caricias que con toda seguridad no tienen un contenido homosexual y no se ven, en la cultura occidental, con un significado claramente homosexual, Es evidente que en muchas ocasiones una mujer siente una verdadera atracción por otra, sin que llegue a tener una clara conciencia que le haga comprender y darse cuenta que es de naturaleza sexual. Ello motiva que estos casos de desviación ligera sean incluso más conocidos que los de homosexualidad muy marcada.
-¿En que consiste la actividad homosexual de las mujeres?
-La homosexualidad femenina encuentra una serie de expresiones que van desde abrazos, besos y caricias hasta el acto con el cual se intenta efectuar un remedo de coito, llegando a la práctica del cunilinguo, o sea la estimulación del clítoris y la vulva con los labios y la lengua.
-Al igual que en la homosexualidad masculina, generalmente es durante los años escolares, en la época de la pubertad, cuando se manifiestan en la mujer las tendencias homosexuales. Estas pueden iniciarse de dos maneras: externa y psicodinámica.
-En el primer caso, que es el más frecuente, sucede que el azar lleva a dos niñas a dormir juntas en una cama, y de una manera casual llegan a contactos físicos de sus órganos sexuales. Estos contactos las enardecen llevándolas a manifestaciones más conscientes que en sus inicios no pueden calificarse de homosexualidad verdadera. Iniciado este juego, en las niñas predispuestas se desarrolla una verdadera homosexualidad, mientras que en la mayoría se supera fácilmente esta etapa al empezar sus relacioes con el que ha de ser verdadero objeto de amor sexual: el sexo opuesto.
-En el segundo caso, el psicodinámico, consiste en que una niña se acerca con manifiestos impulsos eróticos a otra, generalmente mayor que ella, y en el caso de encontrar un eco favorable, se establece una relación que puede marcar un camino difícil de abandonar en el devenir de su vida sexual.
-En el primero de los casos, generalmente no se observan diferencias físicas ni psíquicas entre las dos protagonistas; las dos son eminentemente femeninas. Por el contrario, en las homosexuales activas o psicodinámicas, es corriente observar, ya desde jóvenes, manifestaciones y aspectos viriles. Esta tendencia hacia lo masculino se tiene en gustos, actitudes, hábitos, etc., que son a veces equiparables a los que manifiestan los hombres más viriles dentro de la comunidad. Es patente
el papel lleno de iniciativa que adopta la mujer homosexual para dirigirse a las demás mujeres, en particular a las que le agradan sexualmente. Por el contrario, en sus relaciones con los hombres es fría sin que ello excluya una frecuente camaradería, pero siempre frena la idea de suscitar atracción sexual a los varones.
-Entre la mayoría de las homosexuales femeninas del tipo psicodinámico existe un denominador común y ello es la misandria o sea la apasionada aversión que sienten por el hombre. Muchas de ellas son activistas en los movimientos de liberación femenina. Ello se debe a dos causas; vivencias desagradables durante la niñez o pubertad y problemas de comportamiento sexual.
-En el primero de los casos, en alguna época de su vida, cuando niñas, tuvieron vivencias tremendas donde el el padre o padrastro, probablemente un borracho, solía golpear a su madre. También otra causa puede ser un padre o padrastro que cometió incesto con la niña o muchacha. Con estos tipos de vivencias, la niña alimenta un terrible odio a los hombres en general.
-En el segundo de los casos, que se debe a causas genéticas, se tiene la dificultad, de algunas mujeres, para poder tener orgasmos y al sentirse utilizadas, surge en ellas un odio profundo por los hombres egoístas que solo pienzan en sí mismos.
-Mujeres en estas condiciones, cuando se identifican, se llegan a acoplar de una manera armónica; son grandes compañeras y se comprenden plenamente. Este tipo de mujeres, en caso de llegar al matrimonio, no aceptan el coito, y si el marido intenta prácticas linguales para satisfacer de una manera mutua su erotismo, sienten tal repugnancia que los resutados son imposibles. Sólo en aquellos casos en que a las homosexuales desean anular la virilidad de sus maridos, consienten en el coito, al que llevan tantas exigencias y angustias, que en muchos casos terminan en impotencia equivalente a verdaderas castraciones.
-Con respecto al homosexual, ya sea masculino o femenino, del tipo psicosexual, no del tipo genético, debe ser considerado como enfermo y su curación es casi imposible, más que nada porque están contentos con su situación. El psicoanálisis y la psicoterapia antropológica ofrecen escasas posibilidades de ayuda, y seguramente la única cura sería mediante el Conductismo.
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