-Se me ha ocurrido una idea que quiero compartir contigo, Emilio. En la parafernalia de las aportaciones con que han contribuido los grandes seres humanos que nos han precedido, ¿qué porcentaje de esas han ayudando al avance de la Humanidad.
-No te capto cabalmente, porque los grandes avances no se deben a individuos en particular, por ejemplo la Revolución Francesa aceleró el desarrollo. Gracias a los enciclopedistas franceses, que dieron lugar a la Revolución Francesa, Hidalgo se convirtió en el padre de nuestra independencia.
-Bueno, por eso, yo pregunto ¿qué porcentaje de lo que es hoy nuestro país se debe a Hidalgo, qué porcentaje a Juárez, que porcentaje se debe a Lázaro Cárdenas?
-¡Uy, Marcela! Yo creo que tu idea va a ser muy difícil de llevar a cabo. En cambio yo te tengo cuatro injurias propinadas al hombre.
-¿A ver? ¿cuáles son esas 4 injurias que le han afectado a ustedes los hombres, porque a mí, ¡no me afectan!
-A veces se pueden provocar heridas al siempre frágil amor propio del hombre con ideas, descubrimientos y otras concepciones.
• La primera: cuando Copérnico descubrió que no era la Tierra el centro del Universo sino el Sol.
• La segunda ocasión fue cuando Darwin demostró que el hombre, al igual que los demás animales y que todo el resto de la naturaleza, era el producto de la evolución.
• La tercera herida al narcisismo humano fue provocada por Freud. Desentrañando la complejidad del psiquismo, afirmó que el hombre no conocía totalmente las motivaciones de sus conductas. Por el contrario, la mayor parte de los fenómenos psíquicos son inconscientes y, por lo tanto, resultan inaccesibles a la simple introspección.
-Copérnico, Darwin y Freud, de diferentes maneras, sacaron al hombre del lugar de privilegio en el que él mismo se había instalado.
-Oye, ¿y cuál es la cuarta injuria?
-Hay otra evidencia que lastima de continuo el narcisismo del varón: que la mujer es su semejante. A pesar de las diferencias que los caracterizan, ella está con él en una relación de igualdad en tanto ambos son seres humanos.
-La idea no es por cierto novedosa -igualdad en la diferencia, proclama el feminismo- y hasta parece aceptada por algunas personas. Sin embargo, esta realidad es en los hechos negada. Haciendo un trabajo similar, la mujer gana generalmente menos dinero que el hombre. No accede de la misma manera a ciertos lugares de poder, usa velos que ocultan su rostro, lleva el apellido del marido, es víctima de violencia doméstica y de violaciones sexuales, etcétera.
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sábado, 21 de junio de 2008
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